lunes, marzo 27, 2017
Escribo un cuento al que llamo "La no-mirada". En él, los personajes principales se encuentran en una reunión de amigos pero no se miran. Nunca cruzan miradas. Todos platican durante la cena, ellos también, pero los ven a todos menos entre ellos. Cuando uno de ellos interviene, el otro mira su copa o corta su carne, sucede lo mismo cuando el otro habla. Luego, unos van a la sala y se sientan, otros salen a fumar y otros van a la cocina llevando los trastes sucios. Todos se cruzan y mezclan sin notarlo. Sin embargo la distancia entre ambos personajes, –quienes antes se miraban insistentemente–, siempre está calculada, nunca se acercan demasiado. Desde hace tiempo no se miran. No es un acto casual. Al unísono lo acordaron la última vez que de frente se miraron a solo unos centímetros de distancia.
Nadie nota la no-mirada.
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