Hacerse pasar por un lobo toma tiempo; el necesario para disfrazarse y aprender a andar como ellos. El aullar llega solo, después de largos caminos recorridos a su lado. Con la práctica viene el dominio del arte de la imitación. Los demás te tomarán por un lobo, mas los lobos nunca; ellos siempre sabrán que no eres uno de ellos.
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