domingo, diciembre 20, 2020
sábado, diciembre 12, 2020
lunes, noviembre 30, 2020
miércoles, noviembre 18, 2020
martes, noviembre 03, 2020
sábado, octubre 10, 2020
Viajes
Cuando era joven, viajaba con gran frecuencia. Pasé más de diez años yendo y viniendo; en aviones, hoteles, hostales, calles, metros, autobuses, trenes, etc. Primero lo hice porque era parte de mi trabajo, luego, porque mi vida se fue configurando de esa manera. Hace varios años que logré parar. No extraño la sensación de enfrentarse a lo desconocido o de ver cosas nuevas o hermosas. Extraño experimentar climas distintos a los de la ciudad donde vivo y el entrar a un café o a un restaurant a tomar algo caliente después de un día de exploraciones. Mi olfato agradece el ya no enfrentarse al olor de los aviones.
Distancia
8 kilómetros, 350 millas, 30 metros, etc. Todo viaje implica una distancia. Esta siempre está en referencia a su punto de partida. En mi caso, la distancia era confusa, no sabía dónde colocar mi punto de partida ni de llegada. ¿De qué me alejaba cuando viajaba? ¿A dónde llegaba? Es difícil saberlo cuando la distancia que en ese momento me imperaba no era física sino interior.
Palabras
Gran parte de mis esfuerzos al partir de algo, al irme, al huir ha sido alejarme de las palabras. Temo a su fuerza centrífuga con la que atrapan. Crean mundos que parecen reales y de los cuales difícilmente se puede escapar. Construyen sistemas de orden y jerarquía que salen de lo abstracto y se imponen en la vida diaria. Someten con su belleza y con la ilusión de posibilidad.
Cuando estudiaba letras veía a mis maestros predicar un sistema a partir del metro y la rima. Organizar sus vidas alrededor de aliteraciones y écfrasis. Eran como lazos que lanzaban y yo me dejaba atrapar. Daban color y aroma a mi existencia. Las ideas y las descripciones del mundo que las palabras alcanzan me conmovían, me hipnotizaban como nada más fuera de ellas.
Pero muchas veces el manierismo frívolo se imponía. El tratar a la gente como idiotas solo por no tener un doctorado o por no conocer de memoria un verso famoso es muy común en la academia.
Con mis viajes quería huir no solo de ellas, sino también de ese absurdo sistema que se traducía en cuartillas y cuartillas de diminutas manchas uniformes que escondían el intento de sustituir universos.
Cuando vivía en Francia, veía a mi roomie devorar libros y ser devorada por las horas del día que pasaba escribiendo y escribiendo. Temía volverme ella, temía no ser ella.
Imágenes
Luego me acerqué a las imágenes. No es un mundo mejor.
No hay manera de escapar
Pero la realidad es que las palabras te escogen y te persigue: no hay manera de escapar.
Fronteras
La frase "cuando era joven" es una frontera. Es delimitarme. Poder escribirla me da tranquilidad. Dejar de intentar ser joven: dejar de sentirme obligada a actuar como se espera. La neurosis actual de mantenerse joven es un agobio, se convierte en ridículos y en frustraciones.
Puedo escribir "cuando era joven" gracias a un ensayo que leí de Ursula K. Leguin.
Para mí, dejar de ser joven es empezar a reconciliarme con las palabras. (Quería escribir más aquí pero por hoy no puedo, estoy muy conmovida, tengo que parar. Con estas palabras estoy descubriendo algo muy profundo para mí. Hace falta continuar y autoeditar esta entrada y autocorregir el estilo pero no sé si hoy lo haga, no sé si algún día lo haga).
lunes, septiembre 28, 2020
viernes, septiembre 25, 2020
"No vamos a poder hacer nada si no nos permitimos descansar, nos levantamos a las cuatro de la mañana y no nos acostamos hasta después de haber limpiado, alimentado, lavado, eso no es antes de las doce de la noche, quiero solicitar que en esta Ley Revolucionaria se incluya el derecho a descansar.*
*La publicación del escrito que contiene esta anécdota (ya ha pasado a serlo) es un ejemplo del tipo de publicaciones que surgen pegadas a la experiencia de mujeres marginales: es de poca circulación y efímera. El encuentro, llevado a cabo por Comunicación de la Mujer A.C.,fue un seminario cuyo producto fue el escrito "Reformas al artículo cuarto constitucional", México, 1996.
En Borderlands/La Frontera: el feminismo chicano de Gloria Anzaldúa desde las fronteras geoculturales, disciplinarias y pedagógicas de Marisa Belausteguigoitia.
sábado, septiembre 12, 2020
A June Jordan
Leo tus poemas y
lo único que quiero es tragarlos.
Imprimirlos en hojas carta blancas y
luego, cortarlos
partir los versos en tiras
devorarlos (como espaguetis)
ferozmente, vorazmente.
Que se escurran por mi boca
que saliva y tinta se fundan
llenarme el estómago
que tus palabras lleguen a mis intestinos y a mi sangre
porque no encuentro otro lugar dónde colocarlos más que ahí.
Porque quiero ponerte en algún sitio pero no en mi cabeza:
porque ahí yo ya no entiendo
porque ahí yo no lo logro
porque ahí no puedo más.
viernes, agosto 28, 2020
Con palabras confeccionamos a diario nuestra comprensión del mundo que nos rodea. La cosmogonía de cada uno se ve limitada o expandida por las dimensiones de su vocabulario. Tejemos un punto tras otro al ir anotando palabras, y como Penélope podemos armar una larga bufanada destejible, con intención espurio, o emprender la confección de alguna prenda más compleja.
Luisa Valenzuela en Escritura y secreto
martes, agosto 04, 2020
viernes, julio 31, 2020
jueves, julio 23, 2020
miércoles, julio 15, 2020
lunes, julio 13, 2020
jueves, junio 25, 2020
jueves, junio 11, 2020
jueves, mayo 21, 2020
miércoles, mayo 13, 2020
sábado, mayo 09, 2020
Desde niña tengo este sueño recurrente: me persiguen. Zombies, secuestradores, asaltantes, robachicos, narcotranficantes, la policía, etc. No mencionaría esto si no llamara mi atención que también todo este tiempo di por hecho que todas las personas soñábamos con lo mismo, Hasta que, últimamente que he platicado con amigxs acerca de sus sueños, he notado que no es así.
miércoles, mayo 06, 2020
Hoy, dos notas:
martes, abril 28, 2020
martes, abril 14, 2020
Una vez fui a una inauguración a una galería de arte contemporáneo y platiqué con uno de los artistas que presentaba su obra. Una de sus piezas era una imagen fotográfica de unos 50 x 30 cm en la que se veían varios puntos blancos y grises esparcidos sobre un fondo negro. Era una fotografía de los residuos de goma que habían surgido al dibujar con lápiz otras de las piezas que exhibía.
Cuando pienso en esa pieza no logro ponerme de acuerdo conmigo.
Yo 1: Se necesita un ego muy grande para creer que eso es arte.
Yo 2: Los detalles de la vida cotidiana también pueden ser arte.
Yo 3: ¿Qué es el arte?
Yo 4: Tengo hambre
lunes, abril 06, 2020
lunes, marzo 16, 2020
sábado, febrero 15, 2020
El futuro