lunes, enero 08, 2018







Ahora que la puerta entre usted y yo comienza a abrirse, o al menos tenemos ambos la mano en el picaporte, puedo decirlo ya, aun cuando no esté obligado a hacerlo.¡Qué humores me dominan, señorita! Una lluvia de neurastenias cae ininterrumpidamente sobre mí. Lo que quiero ahora al momento siguiente ya no lo quiero. Al acabar de subir la escalera, me quedo en el rellano sin saber jamás en qué estado me hallaré si entro en el piso. Sin que lo pueda remediar, las incertidumbres se me amontonan en mi interior, antes de que se conviertan en una pequeña certeza, o en una carta.

Kafka a Felice  

 

No hay comentarios.: