miércoles, abril 12, 2017



La lentitud

Soy demasiado lenta para este mundo vertiginoso. Mis párpados se cierran cuando los de los otros lo han hecho ya cientos de veces. Luego, se abren cuando la imagen que guardaron del mundo para sí ya cambió diametralmente; cuando ya todo pasó y solo quedan restos de lo que hubo. Mis palabras las piensa mi mente y las emite mi boca semanas, meses o incluso años luego de que tuvieran sentido su significado.  Sueño sueños y luego, después de años, los recuerdo y los entiendo. Esta lentitud, que me acompaña y me apresa, me hace una víctima cuya rabia y ansias por escapar llegan siempre tarde.

(sigo usando blog cuando ya todos se mudaron a twittet o snapshot) 





1 comentario:

Anónimo dijo...

No! No todos nos hemos mudado...
Esa lentitud, esa pausa que realizas previo a toda acción, incluso antes de cada palabra que sale de tu boca, es en mi experiencia algo que te distingue del resto, para los demás es tan claro como se revuelven las ideas en tu cabeza, mientras tratas de encontrar la manera exacta para expresar lo que quieres. Esa pausa es meramente... increíble.