El viajero llega a M y andando el camino que en sus planes había trazado la noche previa,  se percata que se ha extraviado entre sus calles. Mira los muros y las indicaciones pero nada coincide alrededor. Se siente perdido.  Desesperado toca puertas y no le abren o toca  puertas y  lo invitan a pasar e intentan ayudarle. Todos al analizar su situación coinciden en decirle "la ciudad que habita en su mente, en la que usted trazó su camino, no es la misma que  ahora está recorriendo" el viajero siempre pregunta si es en M en donde se encuentra.  Ante la reiterada pregunta todos contestan de la misma manera: "sí, es en M donde usted se encuentra". El viajero finalmente acepta que la M de sus ilusiones no es la misma que la de sus pasos. Con trozos de mapas viejos de ciudades que visitó antes de llegar a M, arma un mapa  que le ayuda a trazar un nuevo camino en M, ciudad que se deforma en la mente de los viajeros según los deseos.