domingo, abril 22, 2012
Amor
La regla es ésta:
dar lo absolutamente imprescindible,
obtener lo más,
nunca bajar la guardia,
... meter el jab a tiempo,
no ceder,
y no pelear en corto,
no entregarse en ninguna circunstancia
ni cambiar golpes con la ceja herida;
jamás decir "te amo", en serio,
al contrincante.
Es el mejor camino
para ser eternamente desgraciado
y triunfador
sin riesgos aparentes.
Eduardo Lizalde
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Felicidades por este blog que apacigua la sed con un tierno estilo.
Un poema acertado pero en contra de la filosofía de cualquier pugilista o al menos de la mayoría. Este verso presentado en un comentario, pobre y con sus carencias, trata de representar la filosofía, ideología y convicción de un pugilista entregado en cada campaña a enfrentar en cualquier circunstancia (incluido aquello que surge del alma):
Me enorgullece ser pugilista… cada caída solo trae consigo dos opciones viables: quedar tirado y abatido, doblegar mi esperanza, mi esfuerzo, mi voluntad… o levantarme una y otra vez hasta que mi cuerpo no responda, hasta perder la razón, hasta no sentir dolor, hasta dejar de existir… pero fiel a mi ser, a mi honor, enalteciendo a mi espíritu, a mi alma, llevándola con esfuerzo pero con orgullo a un instante mas… solo un pocos mas…
Por esta razón, no puedo dejarme tirado, aunque cansado y agobiado solo pido un round mas… solo uno mas… y otro mas…
Publicar un comentario