miércoles, diciembre 10, 2008

Paris. Cinq moments

I. Autoportrait.



II. les chiens

III. Le visage

IV. Une femme.


V. La glace


Explorando la Bretaña. Primeros encuentros.








lunes, septiembre 22, 2008

¿Cómo se empaca una ciudad?
¿Cómo se decide qué libros llevar a un viaje de muchos meses?

He aquí dos que son definitivos:

Las ciudades invisibles.
El libro de la almohada.

Visitando otros blogs me doy cuenta que el mío está muy cuchito. Perdone usted, querido lector, la falta de tecnología avanzada y el diseño novedoso. Tal vez algún día...

viernes, agosto 15, 2008

Soñando

Y cuando me volví a dormir el dinosaurio también estaba ahí. Me había seguido a mis sueños.

viernes, agosto 01, 2008


Bitácora de una despedida temporal
Día dos

Hoy es el cumpleaños de mi papá. Por la mañana le llamé para felicitarlo, andaba en la calle y casi no me escuchaba, así que no le pude decir mucho, sólo le deseé un buen día. No lo sé, tal vez tampoco le hubiera dicho mucho si el ruido no hubiera interferido. No le hubiera dicho que cuando lo recuerdo siempre el aroma de tabaco en sus manos está presente, que hay ciudades a las que aprecio más que otras sólo porque en ellas las coincidencias de la vida nos han juntado.

Una vez frente a un lechero en la Parroquia mi papá me hablaba de los días más felices de su vida. Uno de ellos fue un cumpleaños, en el que él, mi mamá y yo conocimos la suavidad de la nieve. Recuerdo que ese día frente al lechero yo dudaba de cualquier sistema de conteo de felicidad en la vida. Sin embargo los días que con más cariño recuerdo son los días en que mi papá cumple años.

jueves, julio 03, 2008

Happy

Today i found a very special friend in a not special place.

martes, junio 24, 2008


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Bitácora de una despedida temporal


Hoy, día escogido arbitrariamente o tal vez sólo porque llueve, he decidido empezar a despedirme de todos aquellos y todo aquello que no veré durante un año.


Día Uno

Empiezo mi despedida con un verso de Gilberto Owen, quien me hizo el favor de sugerirme -sin él saberlo o sin que esa haya sido su intención- cobijado por la lejanía del tiempo, esta bitácora, con su "Bitácora de Febrero".
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Día primero,
El naufragio
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Esta mañana te sorprendo con el rostro tan desnudo que temblamos;
sin más que un aire de haber sido y sólo estar, ahora,
un aire que te cuelga de los ojos y los dientes,
correveidile colibrí, estático dentro del halo de su movimiento.
Y no hablas. No hables, que no tienes ya voz de adivinanza
y acaso te he perdido con saberte,
y acaso estás aquí, de pronto inmóvil,
tierra que me acogió de noche náufrago
y que al alba descubro isla desierta y árida;
y me voy por tu orilla, pensativo, y no encuentro
el litoral ni el nombre que te deseaba en la tormenta.

Esta mañana me consume en su rescoldo la conciencia de mis llagas;
sin ella no creería en la escalera inaccesible de la noche
ni en su hermoso guardián insobornable:

aquí me hirió su mano, aquí su sueño,
en Emel su sonrisa, en luz su poesía,
su desamor me agobia en tu mirada.

Y luché contra el mar toda la noche,
desde Homero hasta Joseph Conrad,
para llegar a tu rostro desierto
y en su arena leer que nada espere,
que no espere misterio, que no espere.

Con la mañana derogaron las estrellas sus señales
y sus leyes y es inútil que el cartógrafo dibuje
ríos secos en la palma de la mano.

domingo, junio 22, 2008

De Rafael Cadenas
Derrota

Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables
que yo que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo («Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi
flotación, mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros y de mí hasta el día del juicio final. "

domingo, junio 15, 2008

La ciudad y la nostalgia

"Cuando sentimos miedo, disparamos. Pero cuando sentimos nostalgia, hacemos fotos" encuentro esta frase de Susan Sontag en uno de sus ensayos y no puedo evitar recordar la serie de fotos que tomé sobre la ciudad de México, donde el miedo y la nostalgia conviven paralelamente.
A continuación presento algunas imágenes de esa serie de esas fotos de aquellos días en que caminé la ciudad en busca de imágenes arbitrarias, en algunos momentos sentí miedo y disparé mi cámara, ahora siento nostalgia y comparto aquellas fotografías.



viernes, junio 13, 2008

miércoles, junio 04, 2008

París es un sujeto difícil de fotografiar, cuando he caminado sus calles en busca de imágenes, éstas parecen esconderse. A veces tal vez hay que buscarlas donde uno menos lo imagina o incluso inventarlas uno mismo.






domingo, mayo 11, 2008


Lo que hay que llevar a París

- una cámara nueva.

- una hermana.

- una maleta grande, muy grande.

- a brokenheart.

jueves, marzo 27, 2008


hombrecito en bici al amanecer.
De cuando todo se volvió gris y caótico. No hace mucho.


Mi sombra cuando tomaba fotos para el libro

miércoles, marzo 26, 2008

Hace poco fui a este lugar en la zona rosa, al principio no me dejaban entrar; tenían razón, intentaba ingresar con una identificación falsa. Finalmente creo que mi cinismo los convenció. Ahí tomé, medio bailé (todos estábamos muy apretados) y reí. Semanas más tarde, sin planearlo, volví al mismo lugar; ya no intenté entrar, no llevaba mi falsa identificación.

domingo, marzo 02, 2008

"He thought it should be a pleasant life enough, driving along the roads every evening to deliver milk, if he had warm gloves and a fat bag of gingernuts in his pocket to eat from."

Joyce.


Hoy en día ya no se dan héroes de novela, porque ya no hay individualistas, porque la individualidad se ha perdido, porque el hombre es un solitario y todos los hombres son igualmente solitarios, sin derecho a la soledad individual y forman una masa solitaria, sin hombres y sin héroes.

Grass en El tambor de Hojalata