jueves, abril 26, 2018
A veces las personas no salimos a las calles a gritar porque estamos aún velando a los nuestros. Porque el cuerpo no da para más. Porque nuestras lágrimas ya ahogaron nuestros oidos y nublaron nuestros ojos. Y esto el poder lo sabe; sabe lo que todos sabemos: que nuestros cuerpos tienen un límite y que es lo único tangible que tenemos.
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Pero nosotros tenemos el "nosotros". Si lo entendemos como un cuerpo, este deja de tener límites y se vuelve inaprensible. Solo hay que entender que somos parte de ese nosotros en el que se diluye el ellos y el ellas.
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