viernes, enero 02, 2015



Se recostó y puso sobre su estómago, entre el ombligo y el pecho, una moneda. Durmió. En sus sueños sentía que la moneda pesaba lo que pesa un edificio, lo que pesa una isla, lo que pesa el pie de alguien llevando una ciudad a cuestas. Sintió el pesado peso de un hoyo. Cuando despertó, la moneda estaba negra. 



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