Las ciudades y el tiempo
Partiendo de la ciudad de la que se decida partir y andando tres jornadas hacia delante el viajero se encuentra en M, ciudad revestida de luces. El viajero llega en busca de su futuro: recorre las calles como recorre los días, con la ilusión de que cada vez se acerca más a su futuro. Luego, después de un tiempo empieza a encontrar las calles que camina molestamente familiares y descubre que M lo ha engañado. M se ha disfrazado de pitonisa para atraerlo con engaños, más no es el futuro a lo que acerca al viajero, sino a su pasado. Ahora el viajero continua su viaje en forma regresiva. El viajero avanza con la cabeza vuelta atrás, o bien siempre lo que ve está a sus espaldas. Entonces el pasado del viajero cambia según su itinerario.
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