martes, enero 04, 2011


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Para este nuevo año


Hay que confiar en las cabañuelas, creamos que marzo será soleado y templado aunque en lunes nos hayan lastimado. Confiemos en que el abril venidero, al igual que el martes que lo presagia, terminará con una buena compañía y una buena charla: lleno de amistad. Esperemos a concluir la semana y confiemos que todo lo bueno que nos trajo cada día vendrá a nosotros cada mes el resto del año.

No hay que olvidar dudar de las palabras ya que ellas guardan intenciones desconocidas y obscuras. Tampoco olvidemos desconfiar del silencio que oculta deseos y es cómplice de la duda. De entre las palabras sólo en éstas hay que confiar: de las que está hecha la poesía. Confiemos también en las miradas.

Hay que confiar en el amor, en todas sus caras y en todos sus tiempos, en su luz y en su ceguera, hay que confiar en su presencia y en su ausencia. O, desconfiemos de su fugacidad, hay que encontrarlo, estrujarlo y aprisionarlo para que no se escurra y se vuelva a ir.


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