Las ciudades y lo imposible.
Llega un momento en la vida del viajero que mira de cerca lo imposible y no lucha más contra su naturaleza. En M, como en cualquier ciudad, el reino de lo posible y el reino de lo imposible están divididos por una frontera borrosa e inamovible, que en ocasiones puede ser confusa. Esa noche el viajero duerme plácidamente.