Hay que volver
Uno sale de viaje y sabe que tiene que regresar. Se sale al mercado, a comer o al cine y está la casa que nos espera. La casa que ensuciamos, que limpiamos y que decoramos. Grande, chica o mediana, como sea siempre estamos obilgados, hay que volver. Un mal día. Hay que volver a casa. Cansado. Hay que regresar a casa. Lloviendo. Hay que dirigirse a casa. Frío, no hay que salir de casa. La casa: el refugio. Pero qué pasa cuando estamos en ella y no nos abriga, cuando sabemos que hay que volver pero no sabemos a dónde porque ya estamos al lugar donde se supone debemos de volver después de la crisis. ¿A dónde se va cuando se busca refugio y estamos en casa?
jueves, agosto 31, 2006
jueves, agosto 24, 2006
de la Pizarnik
Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora es el fuego sometido
Ahora es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora es el fuego sometido
Ahora es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
dos cosas sobre un blog
la primera, la buena: uno puede escribir páginas y páginas y la uniformidad de la caligrafía no delata el estado de ánimo.
la segunda, la mala: uno no puede incluir letras con diseños personales como una "i" con un punto distinto, una "s" con cierta curvatura o una "o" inclinandose.
la primera, la buena: uno puede escribir páginas y páginas y la uniformidad de la caligrafía no delata el estado de ánimo.
la segunda, la mala: uno no puede incluir letras con diseños personales como una "i" con un punto distinto, una "s" con cierta curvatura o una "o" inclinandose.
martes, agosto 22, 2006
En realidad no soy un hombre al que le gusten las aventuras. Es verdad que he viajado entre mundos, he probado platillos inimaginables, he matado seres inteligentes no sólo humanos, he utilizado sentidos que desconocía que poseíamos, he experimentado olores y sabores que me han transtornado para siempre. Pero al final, cada parpadeo, cada suspiro me llevan al filo de mi cama, bajo la misma lámpara de selenio justo al momento en que las hojas del libro rasgan el viento con su sonido y despliegan su aroma a humedad.
Fragmento tomado de Entrevistas a viajeros. "Marinero No. 54"
Fragmento tomado de Entrevistas a viajeros. "Marinero No. 54"
Etiquetas:
cómo son las lámparas de selenio?
lunes, agosto 21, 2006
miércoles, agosto 16, 2006
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